Desde la Coordinación de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Nogoyá, se desea recordar a Martín Miguel Güemes, prócer de la patria. En 2016, el Senado de la Nación convirtió en ley el proyecto que establece que cada 17 de junio sea feriado nacional en memoria del aniversario de su muerte. Este año se trasladará al lunes 21 próximo.
Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Corte (Salta, Virreinato del Río de la Plata, 8 de febrero de 1785 – Cañada de la Horqueta, Salta, 17 de junio de 1821), conocido como Martín Miguel de Güemes, fue un militar y político argentino que cumplió una destacada actuación en la Guerra de Independencia de la Argentina. Durante seis años fue gobernador de Salta. Con muy escasos recursos libró una constante guerra de guerrilla, conocida como Guerra Gaucha, deteniendo seis invasiones de los ejércitos españoles, conservando así el resto del actual territorio argentino libre de invasores realistas.
Martín Miguel de Güemes estudió en Buenos Aires, en el Real Colegio de San Carlos. A los catorce años ingresó a la carrera militar y participó en la defensa de Buenos Aires durante las invasiones inglesas.
Tras la Revolución de Mayo, Güemes se incorporó al ejército patriota destinado al Alto Perú y formó parte de las tropas victoriosas en Suipacha. Regresó a Buenos Aires y colaboró en Montevideo.
Pero Güemes no olvidaba su Salta natal, a la que volvería definitivamente en 1815. Gracias a su experiencia militar, pudo ponerse al frente de la resistencia a los realistas, organizando al pueblo de Salta en milicias gauchas. El 15 de mayo de 1815 fue electo Gobernador de la provincia, cargo que ejerció hasta 1820.
Con los años, la larga guerra a cuestas y la necesidad de mantener bien armado y alimentado al ejército de gauchos, Güemes fue ganando enemigos entre la aristocracia de su provincia, por las obligabas y numerosas contribuciones que debían realizar. En una de sus incursiones fuera de la ciudad, a comienzos de 1821, la oposición interna se agrupó e intentó deponerlo, pero su regreso normalizó el intento golpista. Güemes moriría pocos meses después, el 17 de junio, tras ser herido en una de las numerosas batallas que lo tuvieron como protagonista.
Martín Miguel de Güemes fue herido por una bala. Siguió a caballo hasta una hacienda a dos leguas de la ciudad. Pocos días antes, recibió a dos oficiales realistas enviados por Valdés que le ofrecieron trasladarlo a Buenos Aires, donde recibiría el mejor tratamiento, con la condición de ordenar el alto el fuego contra los realistas. Sin responder a los enviados y en su presencia, Güemes reunió a sus oficiales y les pidió que jurasen que nunca aceptarían ningún tipo de trato para beneficiar al enemigo en suelo patrio; pedido que fue respondido con un entusiasta juramento de los oficiales y gauchos salteños.
Güemes murió el 17 de junio de 1821, a los 36 años de edad. En el momento de su muerte, en la Cañada de la Horqueta, cerca de la ciudad de Salta, yacía a la intemperie, en un catre improvisado por el capitán de gauchos Mateo Ríos. Luego su cadáver fue inhumado en la Capilla del Chamical. Martín Miguel de Güemes fue el único general argentino caído en acción de guerra exterior.
Desde que supo de la muerte de su esposo, Carmen Puch se encerró en su habitación de la finca de familiar, falleciendo rápidamente el 3 de abril de 1822, a los 25 años. La tradición afirma que se dejó morir de hambre posiblemente víctima de una depresión.
Güemes hizo posible que las ambiciones españolas se estrellaran contra un muro defensivo de hombres que estaban a sus órdenes en la provincia de Salta. Destacándose como un hombre muy generoso; que amaba a su país y luchó desinteresadamente por la consolidación de la independencia a partir de 1810 y hasta su muerte, evitando que las cruentas invasiones realistas llegaran a Buenos Aires y recuperaran el poder. Ninguna invasión logró superar la heroica defensa que realizó Güemes en los montes, desiertos y valles, con su “guerra de guerrillas” en el norte argentino.
Ésta es la más grande enseñanza que nos deja Martín Miguel de Güemes: jamás claudicar, jamás dejar sobornarnos por intereses mezquinos, dejarlo todo por la patria, hasta la muerte.